El espeto malagueño: origen, sabor y tradición a la brasa en la Costa del Sol
¿Alguna vez has visto sardinas asándose sobre cañas clavadas en la arena, con el mar de fondo y el aroma del verano flotando en el aire?

¿Sabes qué es un espeto? ¿Alguna vez has visto sardinas asándose sobre cañas clavadas en la arena, con el mar de fondo y el aroma del verano flotando en el aire? Si has visitado la Costa del Sol, seguro que sí. Y si no, prepárate para descubrir uno de los mayores tesoros gastronómicos del sur de España: el espeto de sardinas.

¿Qué es un espeto?

El espeto es mucho más que una forma de cocinar. Es una tradición, una experiencia y casi una religión en lugares como Rincón de la Victoria, Málaga o Torremolinos. Consiste en ensartar sardinas (u otros pescados como doradas o lubinas) en una caña de madera, atravesándolas de lado a lado, para luego asarlas directamente sobre brasas, normalmente en barcas de pesca reconvertidas en parrillas frente al mar.

El nombre viene del verbo “espetar”, que según la Real Academia Española significa “atravesar carnes o pescados con un instrumento acabado en punta para someterlos a la acción directa del fuego”. Sencillo, directo y delicioso.

El origen del espeto: una tradición muy malagueña

El espeto nace en la provincia de Málaga en el siglo XIX. Concretamente, en el barrio marinero de El Palo, cuando en 1882 Miguel Martínez Soler decidió clavar unas sardinas en cañas y cocinarlas directamente al fuego para sus clientes. Lo que en principio era una solución práctica se convirtió en el plato estrella de los chiringuitos y ventas de toda la costa.

Desde entonces, el espeto ha sido un símbolo del verano, de la vida al aire libre y de la cultura mediterránea. Tanto, que actualmente se trabaja para que sea declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

¿Cómo se hace un buen espeto?

Aunque parezca sencillo, espetar tiene su arte. No se trata solo de poner sardinas al fuego. Hay que escoger sardinas frescas y de tamaño medio, ni muy grandes ni muy pequeñas. Después, se insertan cuidadosamente en la caña, todas del mismo lado, con una ligera inclinación para que se cocinen de forma uniforme.

La clave está en las brasas: ni demasiado fuertes ni apagadas. Tradicionalmente, se utiliza leña de olivo, que aporta un aroma especial. El maestro espetero controla el punto exacto de cocción girando las cañas para que la piel quede crujiente y el interior jugoso. Se les añade un poco de sal gruesa… ¡y a disfrutar!

¿Dónde probarlos?

Rincón de la Victoria es uno de los mejores lugares para saborear un espeto auténtico. Muchos restaurantes y chiringuitos del paseo marítimo lo preparan a la antigua usanza, en barcas sobre la arena. Lo ideal es acompañarlos con una cerveza bien fría, vistas al Mediterráneo y buena compañía.

Más que un plato: un estilo de vida

El espeto representa la esencia de la cocina andaluza: sencilla, sabrosa y ligada a la tierra y al mar. En verano, no hay mejor plan que ver el atardecer mientras huele a brasas y sardinas en la orilla.

Y no solo son sardinas. Aunque el espeto por excelencia es el de sardinas, también se pueden espetar calamares, pulpos, doradas, lubinas… Eso sí, ¡que no te engañen! Si las sardinas no son de temporada o no se cocinan al fuego, no es un espeto de verdad.

¿Listo para probarlo?

Si estás planeando tus vacaciones en la Costa del Sol, haz hueco en tu agenda (y en tu estómago) para probar uno de los grandes iconos gastronómicos del sur. Porque el espeto no es solo comida: es historia, es cultura, y es puro sabor a mar. 

Descubre esta joya gastronómica de la mano del

Hotel Rincón Sol

y enamórate del auténtico sabor mediterráneo.

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